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Colombia se une al Día Mundial de Internet

Última actualización: 17 de mayo de 2019

La próxima semana se debatirá en el Congreso de la República el futuro del sector de las telecomunicaciones en el país. El proyecto de ley propone conectar a todo el país debido a que 20 millones de colombianos no tienen conectividad, crear un único regulador de comunicaciones ya que actualmente hay dos, asignar espectro a 20 años y con criterios objetivos que beneficien a la zonas rurales del país, entre otros aspectos.

Última actualización: 17 de mayo de 2019

Publicado en: KienYKe

Uno de los principales involucrados en este proyecto de ley son los operadores de televisión HD por suscripción, telefonía celular y fija e Internet de banda ancha. Marcelo Cataldo, presidente de Tigo sentó la posición de la compañía.

¿Qué pasa si un edificio de oficinas no cuenta con acceso a Internet? Las compañías que basan su operación en la conectividad quedan prácticamente desconectadas. Ahora, traslademos la situación a poblaciones en las que uno de cada 10 computadores tiene conexión a banda ancha. ¿Qué pasa con la productividad o la posibilidad de generar bienestar y riqueza en esos sitios?

¿Qué pasa si en una cita médica, el doctor le informa que no tiene conexión a Internet y no puede guardar los síntomas o las incidencias que tiene en la consulta en sus registros médicos? Lo más seguro es que tendría que reagendar la cita. En cientos de municipios de nuestro país, las historias clínicas se llevan en archivos de papel, sin mayor seguridad y con altísimo riesgo de pérdidas de información.

¿Qué pasa si en el colegio en el que estudian sus hijos no existe conexión a Internet? Quizá las clases que se desarrollan apoyadas en computadoras, tabletas o celulares tendrían que cancelarse. En cientos de colegios públicos y rurales de nuestro país acaso se conectan uno o dos computados por cada 100 niños y adolescentes.

Para dimensionar esto, valgan algunos datos: de acuerdo con cifras consolidadas por el Departamento Nacional de Planeación, de acá al 2030 se requieren 93 billones de pesos para cerrar la brecha digital respecto a países desarrollados. Así mismo, mientras que en zonas urbanas el 59% de los hogares tiene acceso a Internet, en las rurales la cifra es de apenas el 17%.

Convivimos con la Cuarta Revolución Industrial y, con o sin intención, consideramos que el Internet es un commodity similar a los servicios públicos como el agua y la luz. Pero tenemos la obligación de tener los pies en la tierra y dimensionar que para cerca de 25 millones de colombianos esa Revolución aún se ve lejana; y para ellos el Internet es un lujo difícil de alcanzar.

El proyecto de Ley para modernizar el sector de las TIC es un marco regulatorio que permite dar un primer paso para cerrar esa grieta que tiene el país. Los legisladores, y acaso la opinión pública, tienen la tarea de ir más allá de las frías cifras y dimensionar que el acceso a Internet de banda ancha no es una cuestión de negocios o de intereses particulares.

La conectividad es trabajo, empleo, salud y educación, sectores que para nosotros que permanecemos conectados siempre nos parecen cotidianos, pero que para la Colombia profunda es una promesa que está lejos de ser cumplida.

Colombia vive un momento particular en su historia. Las regulaciones y las redes comienzan un trabajo incesante para ajustarse a estos tiempos dinámicos de la reconocida Cuarta Revolución Industrial. Quizá en esa vorágine y en esta dinámica constante no estamos poniéndonos en los zapatos de millones de colombianos que simplemente no tienen acceso a un servicio que para muchos de nosotros ya se convirtió en un commoditie como Internet.

Es indudable: nuestra Nación requiere una Ley que la ayude a cerrar la brecha digital, pero a ese marco regulatorio hay que sumarle un valor menos digital y más sentimental: empatía.

“A la Ley TIC hay que sumarle empatía”: Tigo

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