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Yaneth no se separa de su celular con sistema JAWS y de su grabadora digital. Gracias a ella, memoriza y repasa los libretos de sus papeles como actriz.

"Soy todo ojos y oídos". A modo de parodia, como si se tratara de un rifi-rafe con el destino, así describe su condición de discapacidad visual Luis Mario Castaño. La vida le cambió cuando a los 30 años de edad, siendo un prominente estudiante de derecho de último semestre de la Universidad de Caldas, fue víctima de un atentado. Cuatro proyectiles, dos con impacto en el parental izquierdo, hicieron que uno de sus ojos saliera expulsado y que el otro tuviera que ser extraído. Su olfato se redujo en un 90% por los orificios que quedaron entre la faringe y la laringe, y la capacidad de audición quedó severamente afectada. "Yo solo veo noche las 24 horas del día", dice.

De manera gradual, pero no por ello menos dramática, la vida de Yaneth Cuartas, de 40 años, también fue migrando a la oscuridad. Con una vida consagrada a las artes escénicas vio cómo, poco a poco, los contornos de las formas se iban borrando de su vista. Hasta que hace seis años perdió casi por completo el sentido producto de una retinitis pigmentosa, una enfermedad degenerativa que se adquiere en el vientre de la madre y se va a desarrollando progresivamente. A diferencia de Luis, Yaneth puede percibir la luz del día, pero no captura las formas. A través de la voz de las personas, ella hace un "croquis mental" de cómo sería su apariencia. "No es lo mismo nacer con discapacidad visual que adquirirla, la persona que nace así, crece así, pero a los otros nos toca adaptarnos a una vida diferente", comenta.

Oriundos de Manizales, Luis y Yaneth participaron en las pruebas piloto de Guíame, uno de los proyectos ganadores de la Convocatoria de Nodos de Innovación de la alianza MinTIC-Colciencias que tiene como objetivo unir a la universidad y la empresa privada para desarrollar soluciones innovadoras de diversa índole, entre otros, en temas de e-salud.

El proyecto según Marcela Tabares, médica e investigadora del grupo de Tele Salud de la Universidad de Caldas, está enfocado en utilizar las tecnologías de la información y las comunicaciones para desarrollar soluciones innovadoras en el área de la salud. "Desde las observaciones iniciales de la investigación, identificamos la necesidad que manifiestan las personas con discapacidad visual por ganar independencia y funcionalidad". Con su equipo, están trabajando en el desarrollo de un prototipo tecnológico que a partir de Smart Glasses con sistema operativo y componentes de hardware de audio y video, permitan al paciente comunicarse a un call-center que les sirva de guía.

Por su parte, Marcelo Neira, director de People Contact, empresa que trabaja en conjunto con la Universidad de Caldas en el desarrollo de la tecnología, enfatiza en los desafíos técnicos que han tenido que considerar: diseño liviano y económico, con un campo de visión amplio, que tenga conectividad asegurada. "No podemos arriesgarnos a que en medio del acompañamiento al usuario se caiga la conexión", dice.

Aún en etapa de desarrollo, desde ya están pensando en modelos de negocio que permitan llevar el prototipo a un nuevo puerto. "Me imagino el dispositivo a la manera de un servicio que puedan adquirir las grandes cadenas de almacenes para ofrecerlo a sus clientes con discapacidad visual, quienes podrían utilizarlo a la hora de hacer sus compras, saber por ejemplo donde está el jabón de esta u otra marca, y después devolver el dispositivo".

A medida que transcurren las pruebas piloto, el equipo de investigación calibra cada vez mejor el prototipo. Identificaron, entre otros, la necesidad de reubicar la cámara en las gafas para ampliar el campo de visión de la persona que guía desde el call-center.

Aunque el dispositivo no aplica para todas las actividades diarias, sí puede resultar útil en situaciones particulares. "Ya le pasan cacharros a uno, podría ser muy útil para identificar la plata, saber de cuánto es el billete", dice Yaneth.

Por su parte, Luis es más cauto en relación con las limitaciones del artefacto. Los altos costos del dispositivo, afirma, dificultarían su uso masivo en espacios abiertos, por temas de seguridad. Él sabe que la tecnología puede ayudar a mejorar la calidad de vida, pero no es una solución definitiva: "Las mismas necesidades que uno crea lo llevan a uno a compensar las capacidades perdidas con una nuevas". Aunque parte de su cerebro permanece dormida, tiene total claridad de cómo desplazarse en las ciudad: "las calles se suman de Norte a Sur, excepto en Cali, en donde el conteo es de Sur a Norte, y las carreras se suman de Este a Oeste".

Ya sin el prototipo, él agarra su bastón y emprende su camino de regreso a casa: el "día" debe continuar.