
En representación de Colombia, Nicolás Silva, subdirector de Gestión y Planeación Técnica del Espectro de la ANE, intervino en dos sesiones clave que abordaron los retos de la coexistencia satelital y la maximización del valor socioeconómico del espectro en áreas rurales y remotas.
La participación de la ANE se dio en dos espacios, el primero de los cuales estuvo relacionado con la gestión del espectro en un mundo multi-órbita y multi-constelación, y permitió compartir la experiencia colombiana con la actualización del régimen satelital en 2022. En este punto, se hizo especial énfasis en la introducción de procedimientos más ágiles y reglas específicas para sistemas no geoestacionarios, destacándose a la vez la importancia de fortalecer capacidades de monitoreo espectral y cooperación regional para enfrentar el reto de las mega-constelaciones.
"El papel del regulador ya no es únicamente asignar frecuencias, sino garantizar que cada MHz contribuya a conectar personas y territorios. La coexistencia efectiva entre sistemas GSO y NGSO exige transparencia técnica, cooperación regional y sostenibilidad orbital", aseguró el subdirector Silva.
En un segundo espacio, en el que se trató la maximización del valor socioeconómico del espectro en áreas rurales y remotas, la ANE enfatizó que cerrar las brechas digitales requiere políticas de espectro flexibles e inclusivas, que habiliten modelos innovadores como licencias locales, redes comunitarias y mercados secundarios. Adicionalmente, se subrayó la necesidad de medir el impacto más allá de la conectividad, incorporando indicadores en diversas materias, tales como productividad, educación, salud y participación social.
Con esta participación, la ANE reafirma su compromiso con la democratización de la conectividad, la innovación regulatoria y la cooperación regional, consolidando a Colombia como un referente en la gestión técnica y social del espectro en América Latina.