Con la imaginación como guía: Samuel transforma la programación en un lenguaje táctil
Publicado: 13 de agosto de 2025

“Me fascinaba entender cómo un diseño en la pantalla se traducía en acciones reales dentro de un computador o un celular”, cuenta con entusiasmo.
Samuel David Tovar es estudiante de décimo grado en el Colegio Técnico Industrial San Martín en Neiva, encontró desde muy joven en la curiosidad su mejor aliado. Motivado por su hermano mayor, quien cursa una tecnología en programación en el SENA, Samuel empezó a explorar videos de electrónica y algoritmos en sus ratos libres. "Me fascinaba entender cómo un diseño en la pantalla se traducía en acciones reales dentro de un computador o un celular", cuenta con entusiasmo.
Bajo la mentoría de su profesor de tecnología Deiber Andrés Aldana Pulido, Par Experto de los Nodos de Pensamiento Computacional de Colombia Programa, Samuel lidera el desarrollo de un prototipo pensado para niños con discapacidad visual. Su dispositivo consiste en una matriz de LEDs táctiles: al presionar una de las bolitas elevadas, el usuario siente la dirección de un paso (adelante, atrás, izquierda o derecha) según la configuración de la secuencia. Este método sensorial enseña conceptos de algoritmos y lógica de programación sin necesidad de ver la pantalla. "Cuando la mano recorre el patrón y reconoce la forma, entiende inmediatamente el paso correspondiente", explica Samuel, mostrando el modelo que ya ha probado con pequeños voluntarios de la institución.
El reto principal fue aprender a integrar hardware y software: desde dominar la plataforma de programación -que el profesor les enseñó en clase- hasta prácticas constantes de soldadura y calibración de la matriz táctil. "Fue como unir dos mundos: el código y la electrónica básica. Al principio parecía sencillo, pero asegurar que cada LED reaccionara con la presión justa nos tomó varias semanas de prueba y error", recuerda.
Para Samuel, la clave de su éxito ha sido la imaginación y la disciplina. Cree firmemente que, pese a las limitaciones, cualquier joven puede adentrarse en la tecnología: "La programación no es solo para quienes nacen con un chip de ingeniero; con paciencia y curiosidad, cualquiera puede aprender a crear soluciones", enfatiza. Ya planea la siguiente fase de su proyecto: incorporar retroalimentación sonora para reforzar aún más la experiencia táctil y abrir la puerta a estudiantes con doble discapacidad (visual y auditiva).
Con la mirada puesta en la ingeniería mecatrónica -la combinación perfecta de mecánica, electrónica y programación-, Samuel aspira a diseñar prótesis avanzadas que devuelvan funcionalidad y autonomía a las personas con amputaciones. "Mi sueño es que la tecnología sea un puente para la inclusión, no una barrera. Si este prototipo ayuda a un solo niño a sentir la emoción de entender un algoritmo, ya habrá valido la pena",concluye.
La historia de Samuel demuestra que el pensamiento computacional puede ser una poderosa herramienta de transformación social cuando se combina con empatía, creatividad y un aula dispuesta a romper moldes.